Inicia Temporada de Danza 2025 con tres programas que celebran memoria, tradición y rito 

  • Entre la piel como territorio de memoria, la muerte como ciclo ritual y el flamenco como herencia viva, este ciclo dio muestra, en su comienzo, de distintas visiones que celebraron la diversidad artística y el poder de la danza en la entidad

Zacatecas, Zac., 11 de diciembre de 2025.- Con una triple jornada escénica que recorrió la intimidad del cuerpo, los símbolos de la muerte y la fuerza del flamenco, este jueves inició la Temporada de Danza 2025, organizada por el Gobierno del Estado, a través del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, en el marco de la Agenda del Bienestar. 

Las agrupaciones zacatecanas Compañía Inside, Esdanza, Compañía de Danza Escénica y Sacromonte Flamenco presentaron sus más recientes producciones, en el Teatro Fernando Calderón y el Museo Zacatecano, en el inicio de esta temporada, en la que el cuerpo, la memoria y la tradición se entrelazaron en un ciclo de vitalidad escénica.

En el Teatro Fernando Calderón, la primera función de la noche estuvo marcada por la atmósfera íntima de “D.RMA”, creación y dirección de Hugo Pinales, para la Compañía Inside. 

La obra, concebida como una indagación en la piel entendida no sólo como límite, sino como archivo vivo, condujo al público a un territorio donde cada arruga, cada cicatriz y cada poro se revelan como signos de la historia personal. 

Entre caricias, abrazos, heridas y gestos de deseo, los intérpretes trazaron un mapa emocional que recordó que la memoria, esa que no pasa por el lenguaje, también danza, vibra y se expone.

En ese mismo escenario, se presentó “Rituales de la vida y la muerte”, propuesta de Esdanza, Compañía de Danza Escénica, bajo la dirección general y artística de Juan Carlos Espinoza Gómez y Juan David Carrillo Alaniz, respectivamente.

Concebida como un recorrido por las múltiples formas en que los seres humanos han representado la muerte y sus transiciones, la pieza hiló escenas que evocaron el duelo, la negación, las transformaciones del alma y las ceremonias que buscan tender puentes entre quienes permanecen y quienes parten. 

La jornada inaugural se completó en el Museo Zacatecano, donde Sacromonte Flamenco, bajo la autoría y dirección de Cecilia Becerra Bramasco, presentó Romero y Azahar, en un espacio que se transformó en un café cantante, a la manera de los emblemáticos lugares españoles, donde el flamenco adquirió su forma moderna entre guitarras, voces y zapateos. 

Con proyecciones que recrearon el interior de estos recintos y una escenografía especial, el público fue transportado a una época en la que el arte jondo vibraba en la intimidad de un salón popular. 

Entre números acompañados por guitarra en vivo y otros sostenidos por grabaciones, la compañía ofreció un recorrido emocional que unió tradición y presencia escénica contemporánea.

—ooOoo—