Con Estrategia de Verano del Semillero Creativo, niñas y niños descubren la migración, a través del arte y el juego

  • Este descubrimiento fue también una ventana para comprender a las personas migrantes
  • Durante la segunda semana de actividades, las niñas y niños se sumergieron en un viaje lleno de magia, ternura y movimiento, centrado en la migración de las ballenas y las tortugas marinas

Zacatecas, Zac., 5 de agosto de 2025.- En el marco de la Estrategia de Verano del Semillero Creativo, el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF), que preside la señora Sara Hernández de Monreal, llevó a cabo una experiencia significativa en la Casa Cuna “Plácido Domingo”, donde niñas y niños en primera infancia exploraron el mundo a través de un tema profundamente humano y natural: la migración.

Durante esta temporada especial, las infancias participantes vivieron un acercamiento lúdico, artístico y sensorial a un fenómeno que une a todas las formas de vida: el movimiento en busca de un lugar para vivir, crecer y florecer.

A través del juego, la exploración sensorial y el arte, descubrieron cómo distintas especies como las ballenas, las mariposas monarca, las aves y las tortugas marinas emprenden viajes largos, en busca de calor, alimento, seguridad o un nuevo comienzo.

Este descubrimiento fue también una ventana para comprender a las personas migrantes, que, con esperanza en el corazón, caminan grandes distancias dejando atrás su hogar, pero llevando consigo su historia, su identidad y sus sueños.

Durante la segunda semana de actividades, las niñas y niños se sumergieron en un viaje lleno de magia, ternura y movimiento, centrado en la migración de las ballenas y las tortugas marinas.

Mediante cuentos, juegos sensoriales y expresión artística, exploraron la espuma del mar, la suavidad de la arena, el canto de las olas y los largos caminos migratorios de estas especies.

Como parte del proceso creativo y simbólico, elaboraron coronas de ballena, nidos de tortuga, recorridos con agua y jabón, y dieron vida con sus propias manos a las crías migrantes, fortaleciendo su vínculo con la naturaleza y su capacidad de empatía.

Esta estrategia permitió que las niñas y niños conectaran con valores esenciales como el cuidado, la pertenencia, la resiliencia, la valentía y la memoria.

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